
Los dos cracks del Nápoles pretendidos por media Europa
KVARATSHKHELIA Y OSIMHEN, LAS PRINCIPALES ARMAS OFENSIVAS DEL NÁPOLES
Si este año el Nápoles ha logrado el tercer scudetto de su historia, es, en gran parte, gracias a dos jugadores. El primero de ellos es Victor Osimhen, delantero centro nigeriano de 24 años. El jugador llegó hace tres temporadas procedente del Lille por una cifra que rondaba los setenta millones de euros, pero no fue hasta esta que explotó realmente, y es que anotó treinta y un goles en treinta y nueve partidos. Y el segundo es Kvicha Kvaratshkhelia, extremo georgiano de 22 años.
El futbolista llegaba con el cartel de futbolista desconocido tras su paso por Rusia y por su país natal, donde tuvo que jugar el segundo tramo de la pasada temporada por culpa de la invasión en Ucrania. En su primera temporada en una de las mejores ligas europeas, Kvicha, a quien bautizó como Kvaradona, anotó catorce goles y repartió catorce asistencias.
Ambos futbolistas se convirtieron en fijos en los esquemas de Spalletti desde el primer momento, de hecho, del tridente atacante del Nápoles, cuya única posición que nunca estaba definida era la del extremo derecho, donde alternaban el mexicano Lozano y el italiano Politano.
Kvaratshkhelia ha enamorado a todos los aficionados del fútbol y es que, aunque se sabía de su talento, nadie esperaba que brillara de la forma que lo ha hecho, dado que, más allá de sus goles y asistencias, que han supuesto el 32% de los goles de su equipo en la liga italiana, ha sido un dolor de cabeza para la defensa rival debido a su electricidad y soltura a la hora de encarar a sus oponentes.
Aparte de su rendimiento, su estrambótico nombre y su exótica nacionalidad han sido alicientes para hacerlo un jugador único. El jugador, que ha sido nombrado como el mejor futbolista de la Serie A, cogiendo el relevo de Leao, ha llamado la atención de varios grandes equipos europeos, como el Real Madrid, pero todas las fuentes apuntan a que Kvaratshkhelia jugará, como en mínimo, una temporada más en Diego Armando Maradona.
El nuevo ídolo de los napolitanos se dio a conocer con Rubín Kazan, pero la guerra obligó al jugador a emigrar al Dinamo Batumi, equipo de su país y que recibió once millones de euros y medio para el futbolista. Lo único que se le puede recriminar a Kvicha es haber fallado un penalti que, de haber sido anotado, habría dado esperanzas a un Nápoles que perdía por dos goles de diferencia contra el Milán en los cuartos de final de la Champions League y sólo quedaban diez minutos. Pero sólo los que tiran los penaltis les fallan.
Osimhen ya había sido clave la pasada temporada, pero esta campaña ha explotado. El delantero centro nigeriano ha anotado treinta y un goles, veintiséis de ellos en la liga italiana (40% de los goles de su equipo en la liga), que le han coronado como el máximo goleador de la liga italiana.
Más allá de sus goles, sus características han sido muy aprovechadas para sus compañeros y es que si tenían problemas para salir con el balón jugado, se le podía tirar un balón para que lo bajara, y su velocidad a campo abierto también ayudaba a el equipo a estirarse.
Al igual que su compañero, Osimhen también ha despertado el interés de los grandes equipos europeos, pero su continuidad no está tan clara, clubes como el Bayern de Munich, el Manchester United o el PSG ya se han interesado en el “Capocannoniere”.
Sin embargo, el presidente del Nápoles, Di Laurentis, dijo que Osimhen es intransferible. El jugador ha justificado los setenta y cinco millones de euros que la entidad italiana pagó al Lille en verano de 2020, de hecho, es el fichaje más caro de la historia del club. Ha marcado más goles esta temporada (31), que en las dos primeras temporadas en el Nápoles (28).